Esta semana recibimos una visita muy especial, que nos llenó de ternura: una cabrita negra de tan sólo quince días. Todos los niños y las niñas deseaban acariciarla y estar junto a ella. Si la ponía en el suelo, nos seguía, y se dejaba coger y querer sin rechistar. Como me pareció una experiencia tan bonita, la llevé al otro 1º, para compartir con ellos este momento que hizo que la mañana escolar fuera algo diferente.
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